Eres mia, aun que me consumes todos los días.
Soy tu muñeco roto.
Me clavaste tus colmillos pero me tienes de rodillas.
Me ahogas con tu soledad torturante pero eres mi respiro.
Me sacas los ojos pero te tengo entre mis pupilas.
Juegas conmigo pero vivo en tus manos.
Nací para darte lo infinito de tus sueños pero desvanecí, al despertar, a tu beso cruel de despedida.